CAMBIO DE CLIMA, RIESGO RESPIRATORIO
El constante vaivén de las estaciones y los abruptos cambios de temperatura en el Perú no solo afectan nuestro guardarropa, sino que representan un desafío significativo para la salud pública. La transición de épocas secas a húmedas, o de calor a frío, crea el ambiente perfecto para la propagación de diversos patógenos. Es un ciclo que, año tras año, pone en jaque la estabilidad sanitaria de las familias peruanas, siendo las infecciones respiratorias agudas (IRA) la principal bandera de alerta. Frente a este panorama, la prevención y la planificación se convierten en herramientas esenciales para enfrentar la temporada de afecciones.
La preocupación no es infundada, y las cifras lo confirman. Las enfermedades respiratorias son una carga constante para el sistema de salud. Así pues, reportes epidemiológicos recientes del Ministerio de Salud (MINSA) han señalado que, solo en las primeras semanas de este año, se observó un incremento notable en los casos de Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) en comparación con el mismo periodo del año anterior, por lo que subraya la vulnerabilidad de la población, especialmente de niños y adultos mayores, ante virus como la influenza, el resfriado común y, en casos más graves, la neumonía.
El resfriado común y la gripe son las protagonistas habituales, manifestándose con tos, congestión y dolor de garganta. Sin embargo, los cambios climáticos también propician el rebrote de alergias, exacerbando cuadros de rinitis o asma. Además, el factor humedad puede contribuir al desarrollo de infecciones bacterianas secundarias o problemas gastrointestinales derivados de una menor higiene o conservación de alimentos en climas inestables. Es decir, no solo se trata de proteger las vías respiratorias, sino de mantener una defensa inmunológica integral.
PREVENCIÓN ACTIVA
Ante este riesgo cíclico e inminente, la mejor estrategia es la prevención activa. Esto incluye prácticas sencillas, pero efectivas, como el lavado frecuente de manos, evitar los cambios bruscos de temperatura, mantener una alimentación rica en vitaminas y, por supuesto, asegurarse de contar con el esquema de vacunación completo contra la influenza y otras enfermedades estacionales. No obstante, la realidad es que nadie está exento de enfermar. Es en ese momento donde la previsión financiera y médica toma un papel crucial.
Tu salud es tu activo más valioso, y protegerla requiere más que solo buenas intenciones; requiere un plan de respaldo. En un contexto de alta demanda de servicios médicos y potenciales gastos inesperados, contar con un seguro de salud privado es la mejor inversión en tranquilidad, pues no solo te da acceso a especialistas y tratamientos de calidad sin largas esperas, sino que te ofrece la seguridad económica para enfrentar cualquier emergencia respiratoria o afección de estación.
Reflexionemos ¿Estamos realmente preparado para enfrentar los costos de una enfermedad grave? No esperes a la próxima ola de frío o calor para proteger a tu familia; piensa en un seguro que te brinde cobertura constante y tranquilidad duradera.
¡Mavac, siempre contigo!
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Fuente observada: https://www.youtube.com/watch?v=7tS5ZCb8cI4
Vigilancia epidemiológica de IRAs – Centro Nacional de Telemedicina – EsSalud









